HIPOTESIS DE LA VIDA ATOMICA
Resumen.- Las partículas elementales que forman los átomos y moléculas , en ciertos entornos son capaces de comportarse como entes autónomos , modificando sin intervención externa los campos de fuerza que generan , para crear las macromoléculas que forman la base de la vida. En base a esta hipótesis pueden explicarse el origen de la vida, el Principio Antrópico, el experimento de las dos rendijas, la asimetrí­a materia-antimateria, la quiralidad de las moléculas de la vida, la inclusión de átomos pesados y cristales inorgánicos en la materia orgánica, así como la existencia de nanobios y organismos no basados en el ADN.
Examinando la increible complejidad de la maquinaria molecular que sustenta la vida , es patente la dificultad que implica acreditar que la evolución, ella sola, haya podido de alguna manera originar las macromoléculas y los sistemas y ciclos de reacciones enzimáticas que son la base de la existencia de los seres vivos.
¿ Cómo han podido originarse ex nihilo los mecanismos químicos , las estructuras moleculares, todo el tejido atómico de las protei­nas de la vida ? Llevamos decenas de años intentando que se forme espontáneamente en los laboratorios vida, partiendo de sus componentes básicos y probando con los mas variados medios que imaginamos hubiesen podido existir en la Tierra primitiva, sin ningún resultado. Mas bien se ha demostrado palmariamente la dificultad teórica y práctica existente para que se formase la vida en cualquier condición .
Resulta evidente que la evolución solamente actúa una vez que los ladrillos fundamentales : las moléculas componentes de algunas especies primigenias , están en su sitio , al igual que un decorador solo puede obrar en una casa ya hecha , con los cimientos , los ladrillos de los muros , las escaleras y el tejado ya colocados. Las partes mas importantes de los seres vivos son demasiado pequeñas para ser vistas. La vida es vivida en los detalles y son las moléculas las que se encargan de esos detalles . Pero , ¿ Por qué parar en las moléculas ?, ¿ Por qué no ir hasta el fondo de la vida, no a las moléculas, sino a los componentes de sus átomos : a los protones y electrones, los cuales por otra parte son los que realmente actúan y generan fuerzas en las interacciones bioquímicas ?
Ciertamente la fí­sica teórica se encuentra atascada, desde hace tiempo , con sus infructuosos intentos de justificarse planteando teorí­as indemostrables y cada vez mas desconectadas de la realidad , las cuales originan tantas preguntas como las que tratan de contestar y recuerdan a las teologías medievales. Montajes experimentales carí­simos no han llegado a nada y en mi opinión no lo harán por un hecho fundamental que muchos fí­sicos no ven o no quieren ver : nos hemos tropezado con realidades que superan nuestra capacidad de imaginación, con conceptos como, por ejemplo, la dualidad onda-partícula , la naturaleza profunda de la masa-energí­a, de la luz , el infinito , la relatividad del espacio y el tiempo, su naturaleza , etc. , realidades que nuestro cerebro puede representar con signos, pero no entender. Es como enseñar a leer a un perro: no se puede. El alfabeto existe, y el perro lo ve , pero no lo entiende. El ser humano ve el universo , pero no lo entiende.
Propongo la siguiente hipótesis , por increí­ble que parezca : La vida no solo se sustenta en el ADN y otras moléculas, lo hace sobre todo en las partículas elementales que forman los átomos y moléculas , las cuales afirmo , están en cierto sentido VIVAS. Del mismo modo que los hombres desarrollamos edificios, productos , maquinas , etc. las partí­culas elementales constituyentes de la materia : electrones, quarks , etc. cuya naturaleza profunda desconocemos al dí­a de hoy , esas partí­culas digo , lo que quiera que sean , están tan vivas como una molécula de ADN o una célula eucariota, y tienen tendencia espontanea en el universo a formar estructuras mayores , tales como átomos , moléculas complejas y seres vivos . Solo en ciertos entornos que perciben , eligen ser átomos y agregados macromoleculares orgánicos los cuales son los componentes de lo que conocemos por vida , sin necesidad de que exista ningún agente exterior que impulse dichos agregados, trabajando estas partí­culas per se o a través de los organismos que crean, como nosotros, incluso en contra de los gradientes energéticos desfavorables que hay que sortear para formar las moléculas, organizándose en átomos mas grandes , y en moléculas que construyen otras moléculas , hasta formar todos los seres vivos .
Ignoro de que forma y que mecanismos impulsan que las partículas en determinadas condiciones elijan formar ciertos enlaces atómicos y moleculares entre ellas , ni si son conscientes de lo que hacen , e ignoro también si tienen voluntad , inteligencia e intercomunicación de información, o es un sistema automático de crecimiento lo que genera y mueve dicha vida, pero lo anterior explica la existencia y la evolución de las macromoléculas que la forman. Al igual que las procariotas pueden esperar dilatados espacios temporales en forma de esporas para despertar y crecer cuando las condiciones les son favorables, así­ las partículas elementales, en ciertas situaciones, como un planeta viable, pueden comenzar a comportarse como seres vivos y generar átomos , moléculas , estructuras moleculares complejas, reacciones enzimáticas, etc. todo simultáneamente , sin necesidad de evolución bioquí­mica alguna, la cual tan solo se darí­a una vez que las principales macromoléculas , reacciones y ciclos bioquí­micos estuvieran autoconstruidos y en funcionamiento.
En algún momento en el planeta Tierra un grupo de átomos o de partículas elementales eligieron crear vida y comenzaron a agregarse en contra de los gradientes energéticos de manera que ignoramos , para formar las primeras moléculas orgánicas, a través de un plan perfectamente claro que hoy continua , el cual fue perfeccionado a lo largo de los eones conforme iban cambiando las condiciones del entorno, originándose las diferentes ví­as bioquí­micas que forman los seres vivientes con su complejidad molecular conocida .
Esto implica que las partí­culas atómicas pueden en estas condiciones favorables que perciben, modificar los orbitales atómicos a su arbitrio para permitir reacciones quí­micas de desplazamiento de electrones y átomos , construcción de moléculas y generación de ciclos reactivos bioquí­micos , franqueando las barreras energéticas que teóricamente hasta ahora, parecen imposibilitar ciertas reacciones y desplazamientos. Al igual que los electrones describen determinadas orbitas ondulatorias alrededor de los núcleos, en ciertas condiciones pueden describir otras trayectorias que los lleven a imbricarse con otros átomos y núcleos vecinos, liberándose a su antojo, como entes individuales , de las atracciones electrostáticas que los mantienen unidos en condiciones normales a su núcleo correspondiente. Asimismo en dichos núcleos atómicos los protones y neutrones pueden aumentar o disminuir a su criterio el numero y composición de sus partículas constituyentes para formar nuevos elementos sin que medien reacciones energéticas , simplemente desplazando sus componentes, simultaneamente en procesos no lineales, sin que las fuerzas que los mantienen unidos y estables normalmente se manifiesten durante estas mutaciones. Quizás puedan manipular su carácter ondulatorio, su estado de superposición cuántica , y aprovechar el margen de indeterminación de sus funciones de onda para generar enlaces y reacciones teóricamente imposibles , controlando su posición en el espacio y el tiempo y cambiando sus cargas , dentro de las posibles probabilidades.
Es de reseñar que las fuerzas de la naturaleza tienen todas una coincidencia muy importante : sirven para mantener unidas a las partí­culas elementales de las que emanan. Es el mecanismo que tienen para permanecer juntas y no disolverse en la inmensidad del espacio. Las partí­culas elementales son gregarias , no les gusta estar solas y generan campos de fuerza para evitar separarse. Al igual que un ser humano puede controlar su peso y la fuerza que ejerce con sus músculos, las partí­culas elementales podrí­an haber elegido sus masas y la intensidad de las fuerzas que generan, ajustándolas finamente , para poder formar las estructuras moleculares de las que estamos hechos, las cuales posibilitan la concentración de las susodichas partículas .
¿ No serí­a ésta una explicación del principio antrópico ?
Como no tenemos ni idea de lo que es realmente un electrón, o cualquier otra partíula elemental, en principio no veo objeción a la viabilidad de estas hipótesis. En cuanto a la energética y la termodinámica , los organismos deben obedecer las leyes de la termodinámica y la constancia de la energí­a, pero a nivel cuántico ello no resulta tan claro y existe una indeterminación intrínseca en el carácter ondulatorio que puede ser aprovechada . De este modo las partículas elementales : electrones, protones , etc. son entes independientes que en determinadas condiciones se comportan respetando las leyes de la energética que conocemos y las limitaciones de las fuerzas que actúan sobre ellos, pero otras veces pueden soslayar dichos campos de fuerza y , de alguna manera, modificar los átomos y moléculas , para construir macromoléculas y seres vivos.
Existe la certidumbre de que las grandes macromoléculas de que estamos hechos son la base de la vida, por ejemplo los ácidos nucleicos, las proteí­nas ,etc. es solo cuestión de dar un paso mas y considerara que los átomos que las componen y sus partí­culas constituyentes son la verdadera raí­z de la vida, comportándose las mismas autónomamente como entes individuales en determinadas circunstancias, percibiendo el entorno que las rodea. Recordar que nos comunicamos por campos creados por electrones en movimiento, no veo por que ellos no podrí­an comunicarse entre si usando estos mismos campos. O quizás todas las partículas del Universo se comuniquen de alguna manera con todas las demás, como sugiere el hecho de que sus funciones de onda se extiendan hasta el infinito antes de anularse.Así­ las grandes macromoléculas se van creando por agregación de protones , neutrones y electrones, obviando para ello las fuerzas de la naturaleza que conocemos, que rigen las reacciones químicas entre las moléculas, y que mantienen habitualmente a las mismas estables .
Este comportamiento inteligente de las partículas elementales podría explicar el experimento de las dos rendijas, cuando una partí­cula elije comportarse como onda o partí­cula. Además las partículas han elegido claramente al menos otras dos veces:
1) Eligiendo ser materia y no antimateria . De este modo han homogeneizado la tribu de partí­culas cambiando sus cargas y no corren peligro de desaparecer en una explosión de fotones. En cierto sentido no les gusta la antimateria. Son racistas a este respecto. Podría comprobarse experimentalmente si la antimateria recien creada es estable o no. Si es inestable y se va transformando en materia espontaneamente serí­a una verificación de esta hipótesis. Esto serí­a la causa de las asimetrias materia antimateria detectadas en experimentos.
2) Eligiendo la quiralidad de las moléculas orgánicas, al igual que nosotros elegimos en nuestras ciudades si el trafico ha de ir por la derecha o la izquierda.
Asimismo esta hipótesis explicaría la existencia de organismos vivos con una bioquí­mica no basada en los ácidos nucleicos, o demasiado pequeños para soportar la maquinaria replicativa requerida, como los nanobios o las nanobacterias. Es posible que este tipo de vida sin ADN exista y sea abundante , pero debido a su pequeñez nos este vedada hasta ahora.
También quedarí­a explicado el rompecabezas evolutivo que supone encontrar átomos pesados en los centros de reacción de grandes macromoléculas enzimáticas, o la incorporación de cristales inorgánicos , como por ejemplo los de magnetita , en los seres vivos. Se difuminarí­a la frontera entre lo orgánico y lo inorgánico.
Usando otra analogí­a , las partí­culas elementales podrí­an optar entre trabajar en un sector primario, como por ejemplo la producción de energí­a en el centro de un sol, o en un sector de servicios , formando las macromoléculas constituyentes de la vida.
En nuestro cerebro ¿ Quien piensa? , ¿ Lo hacen las neuronas o las partí­culas elementales que las forman? Serí­a curioso que al final fuese cierta la teorí­a de la generación espontanea y que la vida surja espontaneamente de la materia porque su germen ya esta en las partí­culas que forman los átomos.
Finalmente resaltar que si esta hipótesis fuese cierta se ampliarí­a el rango de temperaturas y entornos en el que es esperable encontrar vida, pues ésta podrí­a tomar otras formas diferentes a la basada en el carbono y el agua , y además, si existiese alguna posibilidad de que un entorno tuviese vida , orgánica o no, obligatoriamente se encontrarí­a vida, ya que las partículas elementales gustarí­an de formar estructuras mayores siempre que les fuese posible, por lo que cualquier planeta o satélite con una determinada composición y un determinado rango de temperaturas , menos limitados de lo que se pensaba hasta ahora , y que posibilitaran una mí­nima probabilidad de originar vida , deberían contenerla obligatoriamente.
Ernesto Rubio Velasco 2011
SOBRE LA MATERIA OSCURA
Se ha observado que la fuerza de la gravedad es insuficiente para mantener a las galaxias estables e impedir que las estrellas salgan despedidas y las galaxias se disuelvan en el espacio, por lo cual se lleva ya tiempo conjeturando sobre la existencia de una indetectable materia oscura cuya atracción gravitatoria sumada a la de la materia visible permitiría la estabilidad de las galaxias. Al no haberse detectado ningún tipo de materia oscura, es evidente que la misma no existe y lo que sucede, en mi opinión , es que la constante de la gravedad varía de un sitio a otro, porque las partículas elementales son capaces de variar su masa-energía y consecuentemente la gravedad que generan, para conseguir que las galaxias permanezcan estables y no se disuelvan. Por lo tanto postulo que la constante de la gravedad no es constante en el Universo, porque las partículas elementales que generan la masa-energía, tienen la capacidad de variar la misma y consecuentemente la fuerza gravitatoria.
Ernesto Rubio Velasco 2018

Comentarios

Entradas populares de este blog